La artrosis de cadera afecta habitualmente a personas de mediana edad y a los mayores. Los síntomas van desde unas leves molestias hasta un dolor severo incapacitante. El síntoma básico de la artrosis de cadera o coxofemoral es el dolor de tipo mecánico que se incrementa con el movimiento. El dolor de cadera se localiza típicamente en la zona de la ingle y, en ocasiones, en la cadera o la rodilla.
El tratamiento de la artrosis de cadera persigue la disminución del dolor y la mejora de la movilidad de la articulación. Cuando los tratamientos conservadores no consiguen el alivio esperado, se puede considerar la posibilidad de colocar una prótesis de cadera.
El reemplazo total de cadera es una de las cirugías más frecuentes y exitosas en la especialidad. Genera un cambio notorio en el paciente en horas, aliviando el dolor y mejorando la movilidad. La desaparición del dolor es inmediata y la recuperación muy rápida, lo que supone que enfermos prácticamente inválidos estén a los pocos días caminando y haciendo vida prácticamente normal.
La cirugía consiste en extraer la cabeza femoral dañada y regularizar la superficie acetabular. El cirujano reemplaza estas superficies por componentes protésicos, una copa o cotilo en el acetábulo y un tallo de metal en el fémur. Según la edad, estado general y actividad del paciente, se optará por distintos tipos de prótesis. Los 3 tipos principales son:
- Prótesis Total Cementada
- Prótesis Total Híbrida
- Prótesis Total No Cementada
La técnica de reemplazo articular de cadera mínimamente invasiva consiste en realizar la misma cirugía convencional pero a través de una incisión de 6-10 cm de longitud en lugar de los 20-30 cm empleados en la técnica convencional. Esta técnica es menos agresiva ya que genera un daño mucho menor a los tejidos blandos, músculos y ligamentos circundantes a la cadera. Otras ventajas de esta técnica incluyen un menor dolor en el postoperatorio y una rehabilitación más rápida.
|